La reducción de emisiones es uno de los desafíos más urgentes y significativos que se nos presentan. Por eso estamos elaborando una ruta clara para medir, seguir y rebajar nuestra huella de carbono en todos nuestros negocios.

Hemos empezado por establecer una línea base de nuestras emisiones (Alcance 1, 2 y 3), y hemos definido unos objetivos anuales de reducción, alineados con los objetivos climáticos internacionales. Son pasos que nos permitirán pasar de las intenciones al verdadero impacto.

Eliminar sustancias peligrosas de nuestra cadena de suministro es crítico para proteger tanto a las personas como al medio ambiente. Para conseguirlo, hemos identificado riesgos potenciales de una manera muy activa y hemos exigido a nuestros proveedores que cumplan estrictamente con las normas de uso de productos químicos.

Nuestro objetivo es implantar prácticas químicas seguras en todos los niveles. Esto requiere una colaboración estrecha e ideas claras en todos los estadios de la cadena de suministro.

Conseguir cambios permanentes requiere ir más allá del alcance de nuestras propias operaciones. Por eso estamos expandiendo estas expectativas de cumplimiento con los químicos y la sostenibilidad en toda nuestra cadena de suministro.

Esto incluye evaluar y reevaluar la inscripción de nuestros proveedores en la Lista REACH de Sustancias Restringidas (RSL, por sus siglas en inglés) y en la lista de Sustancias Restringidas en la Fabricación (MRSL, por sus siglas en inglés). La colaboración estrecha con nuestros socios y colaboradores nos permite compartir responsabilidades, también en la huella a largo plazo.

Lo que dejamos atrás importa, por eso nos hacemos responsables de nuestros residuos. Desde nuestros procesos de producción a nuestros embalajes e incluso a nuestras oficinas. Tenemos bien definidos los flujos de residuos, los medimos y establecemos objetivos de reducción.

Repensando cómo usamos los materiales y dejando de lado lo que es innecesario, estamos creando sistemas más eficientes con menor impacto.