Experimentando el verdadero espíritu de la conducción off-road en las montañas de Bosnia
En REV'IT! ya nos gusta mancharnos las manos, o las botas. Y aunque la aventura se encuentra allí donde apunte tu neumático delantero, cuando te llama Yamaha para colaborar en la edición inaugural de su evento "Ténéré Rally Bosnia", con una invitación para poder disfrutarlo de primera mano, no hay réplica posible. Nos apuntamos.
Son seis días de conducción, entre una etapa prólogo y cinco diferentes etapas, para experimentar el verdadero espíritu del pilotaje off-road por las montañas de Bosnia, que de verdad que te quitan el aliento; y además se trata de un evento asequible en dificultad, para todo tipo de motoristas de aventura. Si estos argumentos no te convencen para hacer la maleta y dirigirte a los Balcanes, nada lo hará.
Comienza la aventura bosnia
Dejamos unos grises y húmedos Países Bajos a nuestras espaldas, y aterrizamos en el calorazo de 30 grados centígrados de Split, en la costa croata. Fue como darle a un interruptor en tu mente. La sal en el ambiente, aquel puerto tan concurrido, el calor rebotando en las piedras... Aquello ya olía a aventura, créetelo. Aunque puedes imaginar que Split no era el destino final, sino solamente el comienzo. Con nuestras bolsas repletas de equipamiento de la DIRT Series amontonadas en la furgoneta salimos hacia Bosnia. La costa inicial se fundió entre colinas ondulantes y luego en los paisajes crudos y salvajes del interior balcánico. No había vuelta atrás, la aventura bosnia había dado comienzo.
Nuestro campo base, en un pequeño resort de esquí, estaba situado a las afueras de la población de Kupres. Cuando nosotros llegamos, por lo menos un centenar de participantes habían ya ocupado sus espacios. Era un mar de Ténéré 700 con neumáticos de tacos, que no acababa ni adonde llegaba la vista. La entrada en este tipo de eventos es casi instantánea, ya que, aunque sean desconocidos, se ayudan mutuamente con cualquier llave inglesa si se necesita. Te pones a hablar de motos, y derivas la conversación a las viejas monocilíndricas Yamaha con las que apareció el equipo Motoritz, y de ahí a soltar unas risotadas no pasa ni un segundo. Todo el mundo sabe ya que lo que les espera será algo especial.

Nada de cruceros de placer…
A la mañana siguiente palpamos la realidad de aquello. Empezamos a recibir explicaciones detalladas de los caminos, nos explicaron al detalle cómo funcionaba el equipo de navegación Garmin que nos habían proporcionado; o simplemente los clásicos libros de ruta para los más nostálgicos del motociclismo. Nos alertaron sobre rocas afiladas, subiditas de aúpa, y los largos días que teníamos por delante. Estaba claro que no iban a ser como los de un crucero de placer. Pero tampoco faltaron comodidades. La comodidad ahí se traduce en equipos profesionales de apoyo y equipos de rescate experimentados que te permiten concentrarte exclusivamente en tu conducción y olvidarte del "qué pasaría si".
Pies en el suelo, primera velocidad engranada, y salida. Prados infinitos para empezar, que se extendían hasta imponentes montañas. Cuando comenzamos a subir dejamos atrás una preciosa arboleda; subíamos hacia cumbres heladas, como el pico más alto de Bosnia, el Pločno, que se elevaba atrevido en el horizonte. Ese territorio lo sientes como vacío pero vivo al mismo tiempo, como si nos hubiera estado esperando para que dibujáramos nuestra presencia en sus caminos con vistas, pintorescos y escarpados.
Sin palabras y sonriendo
Fueron seis días a ritmo de esfuerzo y euforia. Sudamos con los pinchazos, probamos las barras de protección más de lo que hubiéramos deseado, y forzamos los pulmones al límite en las montañas Čvrsnica, por encima de los 2.200m. Y justo cuando pensabas de nada podría ser más impresionante, nos quedamos de piedra contemplando 60 caballos salvajes que cruzaron por nuestra ruta, y que nos dejaron sin palabras y sonriendo como críos.
Cuando alcanzamos el campamento final, habíamos recorrido 1300 kilómetros. Bosnia nos llenó de polvo y arañazos, pero fue de lo más gratificante. Las motos demostraron para qué las han fabricado, claro, pero con lo que te quedas va más allá de la máquina: las personas que compartieron herramientas y anécdotas, los paisajes que llamaron toda nuestra atención, y el convencimiento que la aventura, además de ponerte a prueba, te cambia. Y, ciertamente, en el caso del Rally Bosnia Yamaha Ténéré, el cambio es para mejor y muy divertido.

Aprovecha y ve
Los acontecimientos off-road de más de un día, accesibles y bien organizados como el Rally Bosnia Ténéré, se reproducen como setas año tras año. Y aunque parecen intimidantes a primera vista, el vasto nivel de motoristas que se acerca (desde enfermos de la disciplina a aficionados de fuera del off-road, que quieren ponerse a prueba) hace que las inscripciones en este tipo de eventos estén al nivel de cualquiera que tenga inquietudes.
Cuando eres un principiante nunca estás solo, porque por muy bueno que te creas, siempre habrá alguien por encima de ti. Y además, cuando estás ahí fuera, por los senderos, todos somos iguales y todos nos ayudamos. No es una carrera, recuerda, es una aventura.